martes, 12 de noviembre de 2013

Crítica: The Purge

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Es raro que las películas de terror en estos días disfruten de grandes ideas. En su lugar, por lo general son una fórmula simple, basada en un marco conceptual rudimentario, con cámaras que capturan la actividad sobrenatural o con un loco que inventa trampas ingeniosas de tortura. Una de las cosas que hace a The Purge (una nueva película de terror sobre una sociedad utópica con un secreto muy oscuro) muy refrescante, es que en realidad se toma el tiempo para participar en algunas ideas realmente provocadoras y subversivas, y lo que es más, estos intereses temáticos nunca vienen a expensas de las emociones. The Purge se las arregla para ser inteligente y en el panorama actual de terror, esto es mucho más raro que una posesión demoníaca o que capturar un fantasma en video.

El escenario en The Purge es ingeniosamente simple: en algún momento en un futuro no muy lejano, una sociedad utópica ha surgido. Las personas se llevan bien, en paz y hay mucha tranquilidad, con bajas tasas de pobreza y delitos, esto por un periodo anual de doce horas llamado The Purge en donde cualquier crimen está permitido. Durante este periodo, los servicios médicos de emergencia y de policía se suspenden y cualquier fechoría que te imagines, inclusive la violación y el asesinato, está permitida.

Ethan Hawke interpreta a James Sandin, un hombre que vende e instala sistemas de seguridad para hogares. Él vive en un barrio residencial de clase alta con su esposa Mary (Lena Headey) y sus dos hijos, Zoe (Adelaide Kane) y Charlie (Max Burkholder). Los vecinos tienen un cierto grado de hostilidad contenida hacia la familia, ya que parecen estar prosperando mientras que las dificultades económicas más duras han caído sobre ellos mismos. Y es que, si por una noche del año, su casa tiene que ser transformada en una fortaleza, entonces probablemente tienen una vida bastante buena. Los Sandin se están preparando para una noche segura adentro de su mansión, mientras que los estragos de The Purge se desatan fuera de sus puertas cerradas.

Por supuesto, las cosas no salen según lo planeado y cuando un extraño (Edwin Hodge) se presenta en la puerta de su casa, Charlie, sintiendo simpatía, desactiva el sistema de seguridad para que el extraño se deslice dentro. Eso en sí es un problema, pero el más grande de ellos es que un grupo de maníacos de muy buen gusto, con máscaras que son caricaturas de sus rostros, aparece buscando al extraño. El líder del grupo es interpretado por Rhys Wakefield, mirando como si acabara de descargar el nuevo álbum de Vampire Weekend y hablando con unos escalofriantes buenos modales. Él exige que los Sandin liberen al hombre o de lo contrario conseguirán entrar a la casa y matarán a todos los que están vivos, incluyendo a los niños.

The Purge es una película de terror embotellada, la cual tiene lugar exclusivamente en la casa, lo que añade un nivel inquietante de tensión para fijar piezas que hubieran perdido su impulso si hubieran tenido lugar en un entorno más amplio. El escritor/director James DeMonaco, quien escribió el remake de Assault on Precinct 13 (que también protagonizó Hawke), se las arregla para hacer preguntas morales y está dispuesto a hacer que nuestros supuestos héroes sean muy desagradables, todo ello a favor de las bases temáticas de la película. Es un paso valiente y brillante, ya que una versión más directa de esta historia se podría haber hecho con un atractivo más comercial y hubiera sido mucho menos interesante.

Sin embargo, DeMonaco nos entrega momentos importantes y hay una serie de grandes sorpresas que surgen a lo largo de los 85 minutos de la película. En todo el filme no hay ningún momento desperdiciado, lo cual es un buen camino a seguir, sobretodo con tanto producto inflado y demasiado largo de Hollywood en estos días, y Hawke logra anclar la película de una manera viable y emocional. Sin embargo, si hay una baja del tiempo de ejecución, podríamos decir que está en la caracterización. Tanto al hombre que la familia acoge y a las personas amenazando en la puerta no se les da ningún tipo de textura o matiz. Sólo se presentan, hablan un poco y se esconden o matan.



Tal vez esto se hizo para enfatizar el carácter aleatorio de The Purge, incluso si la sociedad dice ser más uniforme. Dentro de esta utopía, todavía es más claro quiénes tienen dinero y quienes no, y en esta noche en especial, todos los miembros de los estratos sociales se ven obligados a participar en un campo de juego similar. Pero, si bien puede enriquecer a la película en un nivel metafórico, en una narrativa pura esto decepciona. El hecho de que los personajes se lancen al azar juntos por el destino no quiere decir que no se merecen algún tipo de historia de fondo. Esto hubiera hecho que el último acto de la película se sintiera mucho más completo y que hubiera tenido más impacto.

No es que la falta de caracterización le quite mucho a The Purge y de hecho, la falta de detalles específicos hace que existan posibilidades para películas futuras de este mundo aparentemente interminable. Hay un par de veces cuando los personajes se refieren a "Los Nuevos Padres de la Patria" y es difícil no pensar en las otras historias que existen dentro de esta realidad. Tal vez sea debido a la gran cantidad de secuelas de Paranormal Activity y Saw que vimos en la última década, pero tal vez el aspecto más estimulante de The Purge es que podría ser el lanzamiento de la próxima gran franquicia de terror, en la que ideas subversivas son mucho más importantes que las cubetas sin fondo de sangre. 


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