viernes, 30 de agosto de 2013

Crítica: El Conjuro

Las historias de terror son para asustar, pero cuando te enteras de que fueron sucesos reales, el factor miedo aumenta considerablemente. Basada en los investigadores de los sobrenatural, Ed y Lorraine Warren, El Conjuro cuenta la historia de una familia aterrorizada por una presencia maligna en su nueva casa.

La familia Perron se muda a una granja destartalada en el campo de Harrisville en Rhode Island, y pronto la madre, de nombre Carolyn, y sus cinco hijas comienzan a presenciar actividad paranormal en ella; y como en todas las demás historias de terror, ésta también se inicia en el sótano.

Todos los relojes de la casa dejan de funcionar misteriosamente a las 3:07 AM y las niñas comienzan a ver y a sentir una presencia fantasmal, mientras que la madre empieza a descubrir moretones inexplicables en su cuerpo cada mañana. La familia completa siente una presencia escalofriante y muy pronto se convierten en víctimas de su violencia. Cuando se vuelve insoportable, deciden acercarse a los Warren: Ed, el demonólogo, y Lorraine, la clarividente.

El Conjuro fue dirigida por el cineasta malasio James Wan, conocido por su famosa serie de películas de Saw, pero por suerte, este filme no tiene nada que ver con ellas y tampoco hereda ese toque tan grotesco que las caracteriza. Sí, las escenas gráficas existen, pero son mínimas y no aparecen sino hasta el final de la película. 

A pesar de que la dirección es uno de sus puntos fuertes, la película es eficaz debido a sus transiciones repentinas de sonido combinadas con la música atonal. Además de eso, la cinta se alimenta del miedo de los espectadores por lo desconocido. Es en estos momentos cuidadosamente elaborados que los espectadores, o bien aprietan las manos de sus compañeros, suspiran involuntariamente, o rompen en una carcajada nerviosa.

La otra cosa notable sobre la película es la actuación de las dos actrices principales: Vera Farmiga (Lorraine Warren) y Lili Taylor (Carolyn Perron). Mientras una reasegura su presencia calmada, la otra pasa por miedo, pánico y delirio. Con un reparto relativamente poco conocido, es una sorpresa que la película sea una producción de Warner Bros.

Hay, por supuesto, fantasmas del pasado de películas como Actividad Paranormal, Chucky y El Exorcista, pero no le restan importancia a la cinta. El final, aunque previsible, es impactante y parece no tener fin, dejándote bastante agotado y sugestionado cuando sales de la sala. 


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lunes, 12 de agosto de 2013

Crítica: The Wolverine

Justo cuando una fatiga de películas basadas en cómics parecía llegar, arriba The Wolverine para revivir un verano moribundo de superhéroes. No había razón para esperar mucho de esta nueva cinta basada en el mutante Logan interpretado por Hugh Jackman. Su anterior película en solitario llamada X-Men Origins: Wolverine fue caricaturesca en muchas formas y la producción de esta secuela se detuvo por más de un año después de pasar por varios directores. James Mangold (Walk The Line) finalmente pudo terminarla, pero su intento anterior de una película de acción, Knight And Day, hizo que se transformara en una curiosa opción para hacerse cargo de uno de los personajes más icónicos de Marvel.

Pero al final resultó que Mangold fue la opción perfecta, ya que The Wolverine, la cual está inspirada en la historia del cómic escrito por Chris Claremont y dibujado por Frank Miller, es mucho más que una pieza de personaje de lo usual del género. La historia se lleva a cabo después del final de la película del 2006, X-Men: The Last Stand, en donde el héroe se tuvo a ver forzado a matar a su querida Jean Grey para poder salvar al mundo. Los X-Men se han disuelto y Wolverine se ha retirado al bosque para llorar su pérdida. Después, una serie de eventos lo hacen ir a Japón para enfrentar cara a cara su pasado durante la bomba atómica de Nagasaki.

El extraño entorno hace sobresalir inmediatamente a Wolverine de todos los demás cuadros de cómic, poniendo al protagonista en medio de una lucha compleja de poder entre tres generaciones de una familia muy bien acomodada. Existen barreras culturales que Logan debe aprender para poder navegar, y hay costumbres y rituales que van directamente en contra de sus instintos animales salvajes. Ninjas, samurais y yakuzas son parte de la mezcla, junto con una rubia misteriosa (Svetlana Khodchenkova) que pueden ser del tipo mutante encubierta.



La película tiene varias escenas grandes, incluyendo una lucha prolongada sobre un tren bala que va a toda velocidad a 300 millas por hora, la cual es furiosamente emocionante, y otra confrontación contra los enemigos armados con arcos y flechas que fuertemente evocan a Akira Kurosawa. El panorama obliga a nuestro héroe a aprender nuevas formas de defenderse y aumenta las apuestas cuando le roban su capacidad de curarse a sí mismo, dejándolo más vulnerable que nunca.

La acción en The Wolverine está muy bien coreografiada y el guión, el cual fue coescrito por Scott Frank (Out of Sight, Get Shorty) ha sido cuidadosamente diseñado para involucrarnos en un nivel puro de narrativa, algo con lo que este género de películas con frecuencia se desentiende. Hay una gran cantidad de personajes que rodean a Logan cuyas verdaderas intenciones se revelan poco a poco, como la pelirroja Yukio, que se parece a un personaje viviente animado y se ofrece a servir como su guardaespaldas, o la suicida Mariko, quien es oprimida por su padre abusivo y está siendo obligada a casarse con un político, y su ex novio Harada, quien ha jurado proteger la vida de Mariko, incluso si a él no le está permitido tener mucho contacto con ella.

En la mayoría de las películas de superhéroes, este tipo de cosas a menudo funcionan como relleno para pasar el tiempo entre ráfagas de efectos especiales. Pero en The Wolverine, los creadores se tomaron el tiempo para que pudiéramos involucrarnos con estos personajes, lo que hace que las escenas de acción sean aún más emocionantes. A pesar de que la película mantiene algunos complejos cinematográficos de clichés de cómics para el gran clímax, The Wolverine se siente como un refrescante cambio de ritmo. Incluso la escena a mitad de los créditos se siente fantástica, cuando la audiencia (sobretodo los fanáticos) se para a aplaudir.


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martes, 6 de agosto de 2013

Crítica: The Lone Ranger (El Llanero Solitario)

El Llanero Solitario no es técnicamente una secuela de Piratas del Caribe, pero en realidad parece que sí lo es. Sólo reemplacen los trenes de esta película con barcos pirata y a Armie Hammer con Orlando Bloom y estaríamos hablando de Piratas del Caribe 4. Desafortunadamente, la calidad de la actuación de Johnny Depp continuó con la tendencia a la baja con su cuarto intento en esa franquicia.

No es sólo que la película haya sido demasiado larga o que algunas escenas se prolongaran un poco; las tomas individuales parecían demorarse mucho más del punto de relevancia. Apuesto a que hay ocho minutos sólidos de tomas establecidas de personas llegando a lugares a caballo. Eso está bien para el ritmo lento de una película de suspenso clásica del viejo oeste, pero no para una comedia de acción que se niega a tomarse a sí misma seriamente. Las escenas con Ruth Wilson son particularmente soporíferas, y nunca me creí su química con Armie Hammer ni un poco.

La historia completa de amor es difícil de digerir. Comienza con la muerte del hermano de Hammer, quien también es el esposo de Wilson. Sin embargo, rápidamente nos damos cuenta de que en realidad siempre ha está enamorada de Hammer, así que la muerte de su hermano no tiene gran importancia. Sí, en serio, que el Llanero tuviera que lidiar con su culpa de su supervivencia era la única ventaja que esta película pudo haber tenido. El resto del asunto amoroso es suficientemente trillado y la pareja vive feliz para siempre y sin ninguna consideración por los difuntos.

Pero también hablemos de las cosas positivas. Johnny Depp sigue siendo alguien divertido para ver en cualquier papel que le den, y Tonto (Toro en español) es por mucho la parte más disfrutable de El Llanero Solitario. También tiene el papel de narrador, ya que la película nos muestra la historia contada por un viejo Tonto. En consecuencia, las escenas fuera de la historia son unas de las mejores y también fue bastante bueno ver la participación de Helena Bonham Carter, aunque haya sido de manera breve.

Y hablando de decisiones para el reparto, quizás algunos estadounidenses se sientan ofendidos por ver a un nativo americano siendo interpretado por un hombre blanco así como ver a Johnny Depp siempre intercambiando cosas con las personas, incluyendo botines de hombres muertos, pagándoles con simple alpiste. La ironía insensible de esos acuerdos comerciales unilaterales no sería tan mala si simplemente se dejaran sin tocar, pero hay un momento en el que el Llanero en realidad toma el lado de Tonto y le explica que un intercambio no se completa a menos que ambas partes estén de acuerdo con él.

El Llanero Solitario deleita en su sentido del exceso, pero logra ser divertida hasta los últimos veinte minutos de la película. Es difícil negar que la persecución final en dos trenes en movimiento es entretenida y la clásica canción The William Tell Overture ayuda a este propósito enormemente. Esa es la única parte de la película en la que parece que Hammer se canaliza perfectamente con su papel. Como comedia de acción occidental, la película se encuentra en un terreno intermedio entre el horror de The Wild Wild West y el sólido entretenimiento de Maverick. El Llanero Solitario continuará montando en la memoria de los aficionados, pero ésta es la última vez que probablemente lo haga en una película. 


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lunes, 5 de agosto de 2013

Crítica: Now You See Me (Los Ilusionistas)



Now You See Me, conocida en español como Los Ilusionistas, es la oferta más reciente del director Louis Leterrier (Clash of the Titans, The Incredible Hulk) y en muchas maneras sigue los pasos de sus anteriores esfuerzos. Se trata de una película de Hollywood con un ritmo rápido, con una inclinación por la espectacularidad lujosa y una historia que puede ser muy agitada, además de que no deja mucho espacio para el desarrollo de los personajes.

Tomando el centro del escenario, tenemos a cuatro magos talentosos de la calle interpretados por Jesse Eisenberg, Isla Fisher, Woody Harrelson y Dave Franco, cada uno de los cuales es convocado por una misteriosa figura para participar en un plan audaz y grande con el fin de asombrar al mundo, grabar sus nombres en la historia y llegar a la cima de la tradición mágica. Por supuesto, el titiritero anónimo tiene una agenda mucho más grande, pero Los Cuatro Jinetes, como se hacen llamar, deben seguir sus órdenes ciegamente.

La primera etapa en el gran esquema es un asalto a un banco que al parecer se lleva a cabo durante un espectáculo de magia en vivo en Las Vegas. Todo el dinero robado se da, a continuación, a la audiencia en el teatro, en un gesto al estilo Robin Hood de la redistribución de la riqueza. Este robo "mágico" conduce a un detective impetuoso pero inteligente (Mark Ruffalo) y a una agente de la Interpol sin experiencia pero inteligente (Mélanie Laurent) que se le asigna la tarea poco envidiable de capturar a esta nueva alianza de pensadores rápidos y artistas del escape. El ejercicio del gato y el ratón comienza con los detectives siempre dos pasos por detrás de los magos.

Al principio, hay algunos intercambios entre los cuatro magos. Atlas (Eisenberg) y Henley (Fisher) tienen un pasado interesante que los hace divertidos, y Merritt (Harrelson) tiene una gran facilidad de palabra y un ingenio sarcástico que es especialmente agradable en la primera mitad de la película. Sin embargo, según avanza el filme y la trama se vuelve cada vez más compleja y acelerada, vemos cada vez menos de las interacciones de los magos, y uno batalla para vincularse con alguno de ellos de una manera significativa. 


Conforme el esquema de los Jinetes avanza, la película empieza a hacer algunas preguntas a la audiencia como ¿qué es la magia? y la moralidad del engaño como una forma de entretenimiento es un tema recurrente. Los dos detectives tienen una interesante conversación en particular cuando se discute sobre esto, con Dylan Rhides etiquetando todos esos engaños como la necesidad de la gente de creer en algo, mientras que Alma Dray los ve como portadores de alegría y asombro, y por lo tanto un ejercicio valioso de imaginación y fantasía.

La película apoya en última instancia la opinión de Dray, y esto es una manera maravillosa de ver la magia, no necesariamente sólo el arte de los magos, pero el concepto más amplio de la magia, las hadas, los animales que hablan, Neverland y Narnia. Pero Now You See Me está realmente ilustrando otra visión de la magia: el ideal de que se haga justicia, de los malos castigados y las víctimas indemnizadas, de unos pocos valientes y talentosos enfrentándose a las fuerzas de la injusticia en la vida cotidiana y ganar victorias en el nombre de los sin poder. La película nos invita a ver la magia en este reequilibrio. Aunque los Cuatro Jinetes irrumpieron leyes para promulgar su marca de la justicia, es difícil condenarlos abiertamente por tomar dinero de una compañía de seguros que se negaba a pagar después del huracán Katrina y dárselo a la población de Nueva Orleans. En este mundo de la magia, la moralidad no es blanco y negro.

Now You See Me es una divertida y enganchante película que explora grandes conceptos, además de que cuenta con varios giros inesperados. Lamentablemente, el final se vuelve tan rebuscado que puede llegar a confundir bastante y arruinar la película completa si es que no se toma uno el tiempo adecuado para poder digerirlo. No esperen encontrar una película pionera, pero al menos sobresale de la mayoría de filmes que manejan la misma clase de temáticas.


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Crítica: Pacific Rim (Titanes del Pacífico)


Hola a todos. Para comenzar con mi blog he decidido escribir acerca de una película que vi hace un par de días y de la cual había escuchado cosas fascinantes. Se trata de Pacific Rim, o mejor conocida en español como Titanes del Pacífico, creación más reciente de Guillermo del Toro.

Quizás no sea una de las películas más importantes de este año, pero sin lugar a duda es uno de los filmes más excéntricos e imaginativos de este verano. Nadie puede cuestionar la pasión de Guillermo del Toro por las películas de monstruos provenientes de Japón. El director de El Laberinto del Fauno y Hellboy, ha hablado siempre sobre su fascinación de este tipo de cintas, cuya moda comenzó con Godzilla, hace ya algunos ayeres.

Y ahora, con su nueva película, Guillermo del Toro de algún modo ha convencido a Hollywood para financiar su tributo a estos monstruos gigantes. Y es que, así es como se siente Pacific Rim, como si un niño de 48 años de edad estuviera jugando con enormes figuras de acción en una caja gigante de arena.

Llevándose a cabo en un futuro no muy distante, la trama de Pacific Rim comienza después de que un monstruo acuático de dimensiones apocalípticas redujera a San Francisco, Manila y Cabo San Lucas a cenizas. Y es que al parecer, un portal a otra dimensión en el fondo de Océano Pacífico se ha abierto, lo que ha resultado que un ejercito de Kaijus logren entrar a la Tierra para hacer estragos.

La humanidad se encuentra indefensa contra estas enormes criaturas, al menos hasta que la división de alta tecnología del ejército pusiera en marcha el proyecto Jaeger. Los Jaegers (palabra en alemán para "cazadores") son robots gigantes operados por dos pilotos humanos cuyas mentes están neurológicamente unidas gracias a un proceso llamado El Enlace.

Los Jaegers son tan buenos como sus operadores, quienes deben de ser capaces de leer los pensamientos de los demás e intuir los siguientes movimientos que harán. Los rebeldes solitarios no son capaces de aplicar para el puesto, pero por supuesto alguien lo hace. Se trata de Raleigh Becket (Charlie Hunnam), un piloto cuyo hermano fue asesinado en una pelea con un Kaiju y quien estuvo ausente del asunto por muchos años para tratar de olvidar el incidente.


Pero finalmente llega la hora en que Raleigh vuelva a la acción y deberá de comenzar a confiar en su nueva compañera de Jaeger, Mako Mori (Rinko Kikuchi) y a aprender las lecciones de su comandante Stacker Pentecost (Idris Elba). Lamentablemente, son pocos los actores que dejan una buena impresión. Y es que, seamos honestos, el principal motivo por el que alguien quiere ver una película como Pacific Rim es para deleitarse al ver a robots y a monstruos gigantes dándose de catorrazos.

El estilo clave de Guillermo del Toro se mantiene en cada escena de la película. Todo, desde el diseño de producción hasta los disfraces y las características de los Kaijus tienen su sello característico. Los fans de las anteriores películas del director seguro verán a Pacific Rim como la culminación de su obra visual, además de descubrir mucho nuevo material.

Del Toro teje su propia mitología a lo largo de toda la película, eludiendo las secuencias de batallas masivas y creando una profundidad menor, pero a la vez alocada, para este mundo. Esta mitología es muy propia del director, así como del escritor Travis Beacham, pero sólo rasca la superficie de algo que podría ser bien explotado.

Desafortunadamente, la película se estanca un poco entre las secuencias de las batallas, ya que en estos intermedios, la historia se basa en montajes de entrenamiento o en peleas debido a los celos que hay entre los pilotos de los Jaeger, las cuales son un poco aburridas si las comparamos con las enormes batallas del resto del filme, ya que la mala actuación no ayuda en lo absoluto. Pacific Rim podría ser mejor si los puentes entre las batallas fueran más envolventes.

Obviamente las escenas de destrucción masiva son más frecuentes y lo que separa a estas peleas de las vistas en Man of Steel y Transformers, es que Guillermo del Toro siempre se enfoca en los Jaeger y los Kaiju y no en demostrar lo "asombroso" que puede llegar a ser la destrucción como consecuencia de estas batallas.

Pacific Rim nunca es pretenciosa y en general es bastante entretenida, en especial si eres de las personas que les tocó ver aquellas caricaturas y series en la televisión donde las batallas entre robots gigantes estaban de moda, ya que hay muchas referencias bastante obvias escondidas en la película.

Finalmente, sería bueno reconocer la labor de Warner Bros por arriesgarse a lanzar una película de esta escala y que no sea una secuela o un remake. Además, Pacific Rim prueba que no siempre es una mala idea producir nuevo material, especialmente de directores como Guillermo del Toro, quien ciertamente sabe cómo hacer un filme comercial con un estilo único y visionario.



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