miércoles, 4 de junio de 2014

Crítica: X-Men: Days of Future Past

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X-Men: Days of Future Past no se siente como una película de superhéroes, al menos no en el sentido tradicional. Sí, hay escenas de acción, pero muchas están cubiertas con poca utilidad. Las batallas se convierten en masacres con los "chicos buenos" en el lado equivocado de la carnicería. Una bocanada del apocalipsis flota en el aire, lista para descender y borrar todo. No había sido desde The Dark Knight Rises que una película con personajes heroicos familiares tomara ese camino sombrío y poco convencional. Para reiniciar la franquicia de X-Men, el director Bryan Singer, quien dio vida a estos personajes en la pantalla grande hace 14 años, decidió elaborar una compleja y continua pesadilla, pero que al final resulta ser bastante efectiva.

X-Men: Days of Future Past corresponde más al género de ciencia ficción que al de acción sacada de un cómic. Las influencias de Terminator son inmediatamente obvias. Atrapados en un 2033 devastado por la guerra, los X-Men se enfrentan a la aniquilación provocada por los Centinelas, enormes criaturas de guerra creadas con un propósito: acabar con todos los mutantes y con todos aquellos que los ayuden. La Tierra se ha convertido en un campo de muerte gigante. Los X-Men, incapaces de derrotar a los Centinelas, colocan todas sus esperanzas en un último esfuerzo: enviar a uno de los suyos al pasado para evitar su creación. El único que podría ser capaz de sobrevivir a dicho viaje en el tiempo es Wolverine (Hugh Jackman) debido a sus poderes de regeneración, por lo que al final es él el elegido. 

Su mayor desafío demuestra que no solo debe detener al creador de los Centinelas, Boliver Trask (Peter Dinklage), sino reunirse con los Charles Xavier (James McAvoy) y Magneto (Michael Fassbender) de 1973 para trabajar juntos y salvar el futuro. En la mira se encuentra la cambiaformas de piel azul Mystique, a quien deben detener de matar a Trask para que los hechos desastrosos en el futuro no se lleven a cabo, ya que es gracias a su ADN que los Centinelas pueden transformarse a placer en cualquier mutante, lo que los convierte en seres prácticamente inmunes. Para Xavier, eso significa tratar de convencerla de no cometer dicho delito. Para Magneto, se traduce en simplemente matarla para evitar la catástrofe y para Wolverine, atrapado en el medio, la situación se vuelve cada vez más desesperante.

Sería justo categorizar la historia de X-Men: Days of Future Past como "densa". No es una de esas tramas que complace a la pereza intelectual. Los relatos de viajes en el tiempo, incluso aquellos que se rigen por un conjunto establecido de reglas, son siempre un reto. Hay batallas y escenas de acción en abundancia, pero, con excepción de una secuencia juguetona que ofrece un mutante veloz llamado Quicksilver (Evan Peters), la mayoría están impregnadas de un sentido de desesperación. No hay grandes momentos de triunfo heroico y la victoria viene de algo más existencial que de darle una paliza a un chico malo.

Tampoco existe un único villano que sea fácilmente identificable. En 2023, los Centinelas llevan el manto, pero son exterminadores implacables: máquinas sin alma o conciencia. En 1973, según el momento, se puede ver a Trask, Magneto, Mystique, o incluso a Xavier como el antagonista, pero todos tienen razones legítimas para su comportamiento. Trask busca la paz, Magneto lucha por la salvación de su especie, Mystique quiere venganza contra alguien que sacrifica a sus amigos y Xavier desea la liberación del dolor. También existe un mensaje dentro de X-Men: Days of Future Past. La creación y aceptación de los Centinelas representa el deseo de ceder la libertad por la seguridad y tiene consecuencias trágicas. Éste no es un mensaje único, sobretodo en películas de ciencia ficción, pero Singer hace un buen trabajo al transmitirlo sin llegar al sermoneo.

A este director, quien regresa a X-Men después de una ausencia de 10 años, se le dio la tarea de completar un reboot que inició con X-Men: First Class. Para lograrlo, tomó una página del manual de Star Trek de J.J. Abrams y usó el viaje en el tiempo y el concepto de multiversos, así como caras conocidas para brindar un poco de vinculación, como por ejemplo Hugh Jackman como Wolverine, Patrick Stewart como el Professor X e Ian McKellan como el Magneto de edad adulta. Para aquellos que sintieron que X-Men: The Last Stand fue una pobre salida para muchos de estos personajes, X-Men: Days of Future Past será capaz de calmar un poco la herida. 


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